Intro Nini:
En suaves hospitales logrados por el afán de mejora de los seres humanos, nacidos de la unión inevitable de macho y hembra; como mínimo por la seguridad social. Tierna infancia acomodada de sueños de vidas utópicas de nuestros progenitores. Sobrealimentados, sobreamados, sobreprotegidos, sobreconsentidos, sobre...
En la infancia escolar lo más duro algunas burlas, pero con mezquindad endulzada por la vagancia de tener que sentir odio y así tener que augmentar el ritmo cardíaco... El tiempo pasado muchas veces observando tu sombra, buscando una silueta elegante; ensoñando con luces u otras cosas que no recuerdo describir; primeros atisbos de descubrir amor por el sexo complementario.
Llegados a la ESO, facilidades varias; que todos aprueben para que no se sientan mal y si no "es que mi hijo se esfuerza el pobre, pero no vale el pobre, siempre lo veo en casa delante del ordenador estudiando..., a ver si el año que viene se apunta a un módulo de esos y ya está"...
En la infancia escolar lo más duro algunas burlas, pero con mezquindad endulzada por la vagancia de tener que sentir odio y así tener que augmentar el ritmo cardíaco... El tiempo pasado muchas veces observando tu sombra, buscando una silueta elegante; ensoñando con luces u otras cosas que no recuerdo describir; primeros atisbos de descubrir amor por el sexo complementario.
Llegados a la ESO, facilidades varias; que todos aprueben para que no se sientan mal y si no "es que mi hijo se esfuerza el pobre, pero no vale el pobre, siempre lo veo en casa delante del ordenador estudiando..., a ver si el año que viene se apunta a un módulo de esos y ya está"...
Adolescentes en un mundo esponjoso, con las drogas baratas, un impulso impresionantemente incomprensible de odio hacia algo que se convierte en los padres por ser cercanos y unas ansias absurdas de ganas de gozo a cualquier precio que deviene en algo básico en vez de ser un lujo esporádico.
Aparecemos los Nini con hormonas alteradas y menosprecio por cualquier exquisitez a la vez que las devoramos observando crecer la maleza y esperando que nuestra madre la corte; disminuyendo nuestro oxigenamiento del cerebro cada vez que podemos. Drogamos nuestro tiempo de ocio, lo pervertimos para desvirtuarlo, denigrarlo y lo ahogamos todo en nuestra perversión sexual progresiva, refugiando gran parte de nuestro pesar en esa libertad obvia.
Me gusta!! Después de exámenes haremos tarde literaria, no?
ResponEliminacomo vas?¿ por cierto, me estoy leyendo richard russo...parece bastante bueno!! Te lo devolveré cuando me lo termine, que supongo que será poco después de exámenes.
Aver si escribes mas cositas y comentamos!!!
Em venen imatges i records de la infantesa i les primeres èpoques de la joventut quan llegeixo aquest escrit.
ResponElimina