Llueve en algún lugar lejano y debe de hacer frío y todo. No lleva a ningún lugar el camino que anda este hombre singular como cualquier otro que muestra sus facciones al pasar bajo una farola que funciona. Deambula cerca de una de las cámaras que controlo cuando presto atención. Estoy por un tiempo empleado como segurata nocturno. La cámara a la que acabo de hacer referencia poco aporta para mi distracción, pero la que da al callejón de vez en cuando me regala algunas borrachas meando, esporádicamente un atraco, varios polvos furtivos y raramente alguna violación. Llevo ya tres años aquí cada noche y cada día tengo la impresión de que mis ideas van mejorando. Dentro de poco las pondré en práctica y rápidamente podré gozar de sus frutos. La maduración lleva su tiempo y no quiero precipitarme. La paciencia es la madre de la ciencia (y de la vaguería).
Un chucho mea fuera del campo de visión de su amo distraído. Se va. Es de noche. Va pasando la noche. Fuera parece una buena noche. No suena viento ni lluvia. Debe hacer buena temperatura. Me ha parecido intuir luna menguante llegando. Estoy ocioso. Hace tiempo que me aburro bastante. Siento que debo empezar con la acción. Se acerca el día de tiempos mejores. Qué distraído! Pared. Miro las cámaras un rato. Nada. Otro nada. Algo. Un tipo morrea a una nena un tanto borracha. Se tambalean. La magrea a gusto. Se le sale una teta. Suerte, ¡dispongo de zoom! Sigue la cosa, se pone bien. Desabrocho mi bragueta y el botón del pantalón del uniforme. La tengo durilla de hace días. Empiezo a darle. El pavo se lo monta bien y ella se deja hacer. Esta muy wapo, me pone mucho, no voy a durar nada. La coje del pelo y la embiste por detrás, casi puedo oírla. Qué bueno. Ya me voy, cojo un pañuelo a tiempo. Aparto la mirada para asearme bien. La vuelvo y veo la pareja asustada por tres personas.
Una vez fuera y en el callejón confirmo que son dos tipejas y un amargado. Tienen pinta de frustrados e inútiles. Son carroñeros. Quieren pillar cacho y/o carteras. Les increpo e intento que la pareja se resguarde detrás de mi. Se me encaran. Los copuladores están paralizados por las armas que esgrimen los intrusos asaltantes. No veo muchas más salidas que la violencia. Empieza el combate, parece bastante fácil. Un par de directos bien repartidos y se achantan. Acucio a la pareja a entrar en el edificio. Vuelvo a hacer sangre ya. Un par de patadas certeras. Saco la porra y me quedo a gusto. Los veo en el suelo. No parecen nada. Vaya basura. Voy hacia los asaltados. Me dan las gracias. Yo le quito importancia al asunto. Le guiño el ojo a la nena chulescamente. Vuelvo para arriba. Miro por la cámara. Aún están esos ahí, pobrecitos. Me despisto. Pared. Regreso triunfal a mis ideas y planes de futuro.